Blanquito

 Tu querida y adorada Merche

Hola, blanquito:

Antes que nada, ¡muchísimas gracias!

Llegaste a mi casa un 3 de enero del año 2021 cuando la casa se había quedado vacía. Mi madre había fallecido hacía pocos días, y si, como dicen a veces, los mejores amigos son casi como de la familia. Esta vez tiene razón.
Tocaron al timbre, abrí la puerta y apareció Mari Carmen con un canario en una jaula. Me alegré un montón, a partir de entonces ya no estaba sola, tenía alguien con quien hablar, darle de comer, ponerle música, vídeos.
Cómo flor de primavera en Navidad. Aunque nada es eterno. Ayer día 5 de septiembre, dejaste de existir. Te saqué de la jaula para curarte pues tenías las caquitas atascadas, te masajee la tripa, hasta que conseguiste echar lo que tenías. Después no sé lo que pasó, te escapaste de la mano, dando vueltas por el suelo, te conseguí coger y acariciar otro poco para después dejarte en la jaula, y en cuanto te metí ya te habías ido. Te quedaste en el suelo sin moverte.
Logré sacarte enseguida para ver si te revivía pues aún estabas caliente, pero no hubo nada que hacer. Moriste en mis manos.
 Recuerdo tantos momentos vividos juntos. Siempre que nos íbamos de vacaciones te llevaba conmigo. El verano pasado recuerdo que te dejábamos en el balcón y nos cantabas unos cánticos muy agradables. Contigo he descubierto que los animales son como otra persona, pero lo mejor, es que son más fieles y siempre están a tu lado. Buscando en internet la manera de enterrarte. Hay muy pocos cementerios, por no decir casi ninguno en Bizkaia, también hay algún crematorio pero son carísimos. El cementerio de Galdames tiene una cosa curiosa, entierran a los pájaros, en un nido en forma de nicho que hacen en el agujero de un tronco viejo. 
Eso me parece lo adecuado, lo que pasa es que aquí es difícil de encontrar, ya veré la manera de enterrar dignamente. 
No sé cómo voy a llenar el vacío que has dejado, primero te tenía en la mesa y luego te puse en el colgador de la ropa dentro de la cocina, donde cada vez que abría la ventana cantabas a la vida, pues el ver la calle era una alegría para tí.
¿A quién voy a saludar ahora cuando entre por la puerta?  
Tenías los ojos negros como el tizón.
Te dedico esta canción preciosa de Manolo Escobar “Tus ojos negros"

https://youtu.be/5XxmV9vy4NI?si=Cp6shZf2mET3vp6G


Un fuerte abrazo,

Merche 

6 de septiembre del 2024

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