La respuesta de amor
Stefano era un hombre viudo ya avejentado. Un día decidió subir al camarote hace años cerrado y allí encontró lo que en sus mejores tiempos fue su fuga de escape: un ordenador portátil. Lo usaba para el trabajo y para escribir historias que se le ocurrían en casa, el motivo de que estuviera en el camarote era que ya estaba algo desfasado al igual que él, y no le servía para mucho. Después de la muerte de su mujer no le quedaron ganas de seguir con los relatos. Al verlo, le dio pena, lo encontró lleno de polvo y pensó bajarlo a casa y ver si funcionaba. Lo limpió bien, lo encendió y después de trastear mucho, pues ya había casi olvidado cómo se manejaba, consiguió ponerlo en marcha y conectarse a Internet. Se metió en su correo ya olvidado, era otro que casi nadie sabía de él y tuvo que recuperar la contraseña, pues le pasaba lo mismo que al ordenador: de tan vieja se había quedado obsoleta. El del trabajo lo borro al dejar el trabajo. Encontró la manera de entrar sin ella. Vio un ...